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Lic. Richard Paulino y Lic. Yocaty Taveras |
¿Qué es
una pareja?
El término suele ser asociado a la relación sentimental que existe
entre dos personas. Tanto el noviazgo como el matrimonio suponen la
existencia de una pareja. Decir pareja, desde la antropología cristiana, significa
la
convivencia de un varón y una mujer.
El origen
de la pareja y la familia lo hallamos en las sagradas escrituras, donde Dios
mismo establece esta institución (Gen 1,27 y
Gen 2, 22-25).
En la
antigüedad cada cultura tenía un punto de vista diferente con relación a las parejas.
Algunos ejemplos que podemos mencionar.
En la familia hebrea, la unión
era entre el mismo grupo con prohibiciones especificas de matrimonio o relación
sexual con madre, madrastra, tía, esposa de tío, suegra, hermana, hermanastra,
hija, hijastra y nuera con un sistema patriarcal y el padre abarcando la
dirección patriarcal de la familia.
El pueblo Egipcio utilizó arreglos
matrimoniales sin dejar que los contrayentes escogieran su compañero/a. Los
casamientos ocurrían en edades tempranas y hay que destacar que fue el primer pueblo que otorgó formalidad
legal al matrimonio, redactando contratos entre el novio y el suegro.
En la era cristiana, es decir, después del
nacimiento de Jesús, la familia nuclear constituye la unidad básica de
convivencia y el centro de afecto y apoyo emocional para la persona. El apóstol
Pablo es el que pone los nuevos principios cristianos a la pareja y la
presencia divina en el hogar cuando expresa que la mujer debe respetar al
marido como al Señor, el esposo debe amar a su esposa como Cristo a su Iglesia
y los hijos han de obedecer a los padres como al Señor (cfr. Colosenses 3,
18-20).
Las parejas y familias de hoy: han
pasado décadas desde que la familia se concebía de manera nuclear.
Tradicionalmente convivían varón y mujer, legítimos esposos con hijos
biológicos de ambos. Las funciones de cada uno estaban claras. El hombre
trabajaba y llevaba la dirección del hogar. La mujer se encargaba de la crianza
de los hijos y formidable ayudante del esposo. Hoy, en un mundo tan industrializado,
existen muchas variantes respecto al modelo tradicional. En la actualidad existe
la familia monoparental, la familia de divorciados, la familia ampliada y para
algunos hasta la “familia” homosexual. Esto hace que existan en el presente mayores
desafíos en las nuevas parejas que desean formar una familia. Hace la tarea de
la familia más compleja y con más probabilidad hacia el fracaso.
Las variantes
familiares de hoy no contribuyen a una relación sana de la pareja ni ayuda a
una adecuada crianza de los hijos, pues cada vez es más corto el tiempo para
poner en práctica los valores morales y cristianos, los cuales contribuyen a
una familia más equilibrada y estable emocionalmente.
El hogar es la primera escuela y cuenta con
una influencia significativa en la vida y el futuro de padres e hijos. Por ello,
resulta de primordial importancia sentar unas bases sólidas en la relación
conyugal. La relación formal, es decir, casados, pues permite que la pareja
practique un estilo de vida más sano y con mayor calidad. Hay mayor
satisfacción en la vida sexual, se vive más sano y se cuenta con mayores
recursos materiales. En las parejas no casadas hay un mayor índice de violencia
doméstica. La mujer, el hombre y los hijos experimentan mayor índice de
depresión y menor satisfacción debido a la falta de compromiso legal de uno
para el otro porque ello implica menos responsabilidad con los hijos y la
relación siempre existen niveles de inseguridad.
La
separación de las parejas de hoy no es por incompatibilidad, sino por falta de
voluntad para resolver los conflictos de ambos. Los esposos o las parejas
debemos comprender que cada uno tiene su propia esencia y forma de ser. Comprendernos
y aceptarnos con amor, nos ayuda mucho.